El “diferente” asusta, incomoda, genera sensaciones de enfrentamiento y duda. Creo que el punto clave está en la palabra “diferente”. Todos somos diferentes, nadie es igual al otro. Todos tenemos nuestras características únicas: físicas, psicológicas, de comportamiento, culturales, de origen… A veces, para uno mismo comprenderlas ya es todo un lío. Así que lo primero es no intentar visualizar el otro considerando tus mismos modelos mentales de siempre, los cuales consideras correctos y adherentes a tu mundo ideal. 

Eso vale para la vida personal y, obviamente, para la vida laboral. 

En un momento tranquilo de tu día te sugiero empezar a mirar a tu equipo, mismo que sea una mirada remota en esos tiempos de pandemia. Esa mirada no puede ser con el objetivo de compararlos o “meterlos” a un estándar idealizado y/o aceptado socialmente; pero sí mirarlos para entender sus miedos, sus deseos, sus perspectivas y proyectos de vida. Esa mirada tiene que evolucionar a un entendimiento de como puedes aprender a apoyarles en esa jornada evolutiva. Dar voz, hacer também que sean escuchados y que puedan expresarse sin preocuparse con lo que pensará el jefe o la empresa.

Un exlíder en TOTVS, responsable por diversidad e inclusión, Salomão, una vez me comentó de una “síndrome del lunes”. Todos llegan el lunes y comentan como fue su fin de semana con sus novios y novias, con sus familiares, qué hicieron en esos días de relajación, con quien compartieron su tiempo y momentos felices… Ese lunes, para algunos, puede ser cruel, ya que pueden no sentirse acogidos para, de forma tranquila, hablar de sus momentos que pueden no ser considerados adherentes al modelo social establecido.

Nuestro colaborador tiene que sentir la libertad de ser y decir lo que es, sin preocuparse de como eso podría limitar su crecimiento y evolución en la vida profesional. Y eso ¡no puede nunca ser un factor limitante! Yo estoy seguro que nuestro papel como líderes está en ubicar sí esas características en nuestro equipo. Evidentemente no para etiquetarlos, pero para apoyarlos en su proceso de evolución laboral. 

Yo estoy seguro que vivimos ahora una cultura de desaprender. De olvidar conceptos antiguos y crueles de mundo “normal” y aprender a vivir con el “diferente”, otra vez entre comillas. Hay que buscar información — tú mismo, hay mucha cosa disponible en internet —, participar de pláticas del tema, workshops

Un mundo diverso es un mundo rico, colorido, divertido y acogedor. Aprendamos a contribuir para llegar a ese mundo y también a disfrutarlo…