Sergio Morilo Rodrigues

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¿Realmente mi rotación de personal está fuera de lo esperado?

Creo que lo primero es reflexionar sobre lo que sería el esperado en un negocio…

Hace unos días estuve en un evento relacionado a softwares de gestión empresarial y uno de los panelistas comentaba sobre los costos de #reclutamiento involucrados en una sustitución de una posición que pasó por una rotación (salida voluntaria). Comentaba que el costo indirecto sobrepasa los $39 mil pesos mexicanos ($2 mil dólares, aproximadamente), eso sin considerar los costos directos (como publicación de la vacante, costos de pruebas psicométricas, etc). No entro en la discusión si ese valor es correcto o no; lo que sí es cierto es que es un valor importante y gastarlo siempre es frustrante.  

En ese mismo evento una persona hizo una pregunta sobre ese proceso y dio a conocer los salarios que pagaba a las posiciones que más tiene rotación (una cadena de tiendas y comentaba de las posiciones para las cajas de las tiendas). Dice pagar $6 mil pesos mexicanos mensuales, brutos ($300 dólares, aproximadamente). Realmente debemos esperar que un colaborador que cobra ese salario mensual tenga alguna resistencia o resiliencia a alguna presión por otra oportunidade que ofrezca un 10%, 15% más? En mi visión no

Pienso que debemos revisitar nuestras tablas de salarios, también. Mirar — de forma completa y sin prejuicios — los costos involucrados en la reposición de esa persona de bajo salario… Tengo cierto que si distribuimos parte de ese costo para mejorar los valores de salarios de entrada podría representar, en alguna medida, la permanencia de ese colaborador por más tiempo en la empresa, además de permitir la contratación de personal (eventualmente) más capacitado y con mejor formación. 

A veces parece que la industria entiende que tener una rotación de 30%, 40% es normal. No lo es, es costo que va por el drenaje de la empresa. Redistribuir ese costo en los salarios podrá, en un corto plazo, reducir esa rotación, reducir el costo involucrado en los procesos de reclutamiento por sustitución y cambiar el clima laboral. Así que revisar su tabla de salarios, compararla con el mercado, buscar información de encuestas salariales (muchas de ellas están disponibles de forma gratuita) puede hacer que veas la empresa y su modelo de remuneración de forma diferente y que, con algunos ajustes eventualmente ni tan grandes, puedas cambiar la história del negocio. 

Midan sus departamentos de #RRHH, revisen los costos (directos e indirectos) que están siendo desperdiciados con ese reclutamiento que, en algunas empresas, ya ocurre de forma estructural.

¡Hasta luego!

¿Realmente estoy preparado para convivir con la diversidad a mi lado?

El “diferente” asusta, incomoda, genera sensaciones de enfrentamiento y duda. Creo que el punto clave está en la palabra “diferente”. Todos somos diferentes, nadie es igual al otro. Todos tenemos nuestras características únicas: físicas, psicológicas, de comportamiento, culturales, de origen… A veces, para uno mismo comprenderlas ya es todo un lío. Así que lo primero es no intentar visualizar el otro considerando tus mismos modelos mentales de siempre, los cuales consideras correctos y adherentes a tu mundo ideal. 

Eso vale para la vida personal y, obviamente, para la vida laboral. 

En un momento tranquilo de tu día te sugiero empezar a mirar a tu equipo, mismo que sea una mirada remota en esos tiempos de pandemia. Esa mirada no puede ser con el objetivo de compararlos o “meterlos” a un estándar idealizado y/o aceptado socialmente; pero sí mirarlos para entender sus miedos, sus deseos, sus perspectivas y proyectos de vida. Esa mirada tiene que evolucionar a un entendimiento de como puedes aprender a apoyarles en esa jornada evolutiva. Dar voz, hacer também que sean escuchados y que puedan expresarse sin preocuparse con lo que pensará el jefe o la empresa.

Un exlíder en TOTVS, responsable por diversidad e inclusión, Salomão, una vez me comentó de una “síndrome del lunes”. Todos llegan el lunes y comentan como fue su fin de semana con sus novios y novias, con sus familiares, qué hicieron en esos días de relajación, con quien compartieron su tiempo y momentos felices… Ese lunes, para algunos, puede ser cruel, ya que pueden no sentirse acogidos para, de forma tranquila, hablar de sus momentos que pueden no ser considerados adherentes al modelo social establecido.

Nuestro colaborador tiene que sentir la libertad de ser y decir lo que es, sin preocuparse de como eso podría limitar su crecimiento y evolución en la vida profesional. Y eso ¡no puede nunca ser un factor limitante! Yo estoy seguro que nuestro papel como líderes está en ubicar sí esas características en nuestro equipo. Evidentemente no para etiquetarlos, pero para apoyarlos en su proceso de evolución laboral. 

Yo estoy seguro que vivimos ahora una cultura de desaprender. De olvidar conceptos antiguos y crueles de mundo “normal” y aprender a vivir con el “diferente”, otra vez entre comillas. Hay que buscar información — tú mismo, hay mucha cosa disponible en internet —, participar de pláticas del tema, workshops

Un mundo diverso es un mundo rico, colorido, divertido y acogedor. Aprendamos a contribuir para llegar a ese mundo y también a disfrutarlo…

“Oi, sumido!”

“Oi, sumido!”… Esa es una expresión muy común en Brasil usada cuando uno le llama a su ex en la madrugada, después de algunas copas… “Hola, desaparecido”… 🙂

Hace unos días regresamos a la oficina de forma oficial, en modelo híbrido (tres días en la oficina y dos días en casa, home office). Ya me agarré pensando, algunas veces, “que estoy haciendo aquí?”. Y estoy seguro que no estoy solo en eso. Fueron, en nuestro caso, dos años en casa, full home office, con idas muy esporádicas a la oficina, únicamente para revisar algún documento físico o firmar algún papel. 

Algo que he percibido es que nos olvidamos, poco o mucho, como es eso de ver a los compañeros de trabajo, a relacionarse en vivo con ellos, a compartir algo más que tu cara en la computadora durante una video conferencia. Al mismo tiempo, tenemos la sensación de estar haciendo lo mismo que hacíamos en casa, ya que parte del equipo está en home officey vamos a la oficina, muchas veces, a hacer video conferencia con quienes no están presentes ese día. 

Aquí en TOTVS todas las oficinas permanecieron abiertas durante la pandemia, pero la orientación era no usarlas, seguir en casa. Hoy estamos con la orientación de usarlas, en tiempo parcial. Lo que me quedó claro durante esas primeras semanas de modelo híbrido es que debemos reaprender algunas cosas:

  • Reaprender a interactuar con los compañeros de trabajo: siempre fue parte importante de nuestro cotidiano, antes de la pandemia. Eso ahora tiene que ser nuevamente importante. He percibido que ni la pausa para el café la estamos haciendo… Parece que nos quedamos con miedo de platicar y ver al compañero, aquí, todavía, con su nuevo accesorio necesario, su cubrebocas bien puesto.
  • Reaprender (o más bien, readquirir la costumbre) que los tiempos de traslado de casa a la oficina sí existen, a veces son incomodos y largos, pero es una parte que siempre ha existido en nuestras vidas y regresaría, en algún momento post pandemia. 
  • Reorganizar tus tiempos y tus compromisos domésticos, que finalmente, en full home office, terminaban mezclados en tus tiempos laborales. Ahora todo regresa a estar más marcado y definido, ya que dedicarás tus horas de oficina en la oficina, sin las distracciones y eventos domésticos tan presentes.

Pero, regresar a la oficina, ¿era realmente necesario? En mi opinión, sí, era necesario. Por más que, por largos dos años, estuviéramos trabajando bien desde nuestras casas, la empresa siguió existiendo, fisicamente, allí, con sus oficinas en constante mantenimiento. Debemos rescatar la interacción con los compañeros de trabajo, el compartir los buenos momentos con ellos, intercambiar experiencias y buscar seguir entregando lo mejor, en conjunto, como equipos. 

Yo veo esa etapa como un reinicio, así como fue la etapa de aprender a trabajar desde casa, cuando todos sufrimos justamente con ese aprendizaje. Igualmente no fue fácil, pero logramos. Ahora, nos toca regresar a nuestras oficinas. Seguro no será fácil, pero lograremos. 

Es hora de vivir nuevamente nos tiempos de oficina. Y juntos vamos superar esa nueva fase y seguir creciendo.

¿Qué quiere el colaborador hoy en día?

Recién he visto algunos videos de reclutadores, algo disruptivos, con bailes en TikTok y ofrecimientos poco convencionales para atraer talentos, como ofrecimiento de golosinas, mesa de ping pong, muros coloridos y divertidos… Sin embargo, ¿será que realmente el buen colaborador espera recibir esos ítems como recompensa por su trabajo o para elegir cambiarse de una empresa a otra?

La respuesta es ¡no lo sé!

Hoy día trabajar con multi generaciones dentro del mismo equipo y buscar atraer a nuevos talentos ha sido el mayor desafío de todos los líderes y de RRHH. Sin embargo, yo creo que esos ítems más “divertidos” terminan siendo importantes para enseñar modernidad, ambiente más informal, más apertura a conocer gente más joven… en fin, una serie de puntos buenos y agregadores en un proceso selectivo.

Sin embargo, estoy seguro que debemos pensar siempre en lo básico, también. En mi visión, un buen colaborador espera más que esas cosas aparentes y coloridas. Espera una real oportunidad para crecer, ser feliz en su trabajo y poder entregar todo su conocimiento de la mejor forma que pueda hacerlo. De esa forma, pienso que el colaborador espera un poco más:

  • Tener una real oportunidad de crecimiento y desarrollo profesional, en donde pueda aportar sin tener miedo a equivocarse, ser escuchado, aprender con los nuevos desafíos.
  • Tener una buena comunicación en todos los sentidos, comunicación clara y transparente, principalmente con su líder directo y con la alta administración de la empresa. El concepto de “puertas abiertas” cada vez es más necesario; un buen colaborador no espera tener limitado su acceso a algún líder corporativo o no poder preguntarle algo. Evidentemente, espera que su líder sea presente, inclusivo, desafiador.
  • Evidentemente espera tener una remuneración dentro de los estándares de mercado, con beneficios necesarios para que pueda desempeñar sus actividades con menor preocupación. También es necesario tener claros y comunicados los procesos de reconocimiento por mérito y aumentos de salario.
  • Que las expectativas de ambos lados, empresa y colaborador, estén siempre alineadas, en donde todos sepan lo que se espera de cada lado, sin cobranzas sobre puntos que nunca fueron acordados o nunca estuvieron claros.

Esa es mi visión, puede que sea una visión poco moderna, eventualmente, ya que soy un generación X que intenta aprender a convivir con las generaciones posteriores. Sin embargo, si juntamos las golosinas, ambiente colorido y lo divertido de las acciones modernas con lo básico de la relación empresa-colaborador, como puse en los bullets anteriores, estoy seguro que podemos tener nuestros buenos colaboradores más felices, mas metidos en la empresa y más completos en sus entregas.

Todo sigue siendo nuevo, pero mezclar un poco del nuevo con lo que dice el sentido común nunca hará daño.

Aprendiendo el nuevo normal…

Soy un afortunado… Desde que regresé de un viaje a Brasil, para estar en la casa matriz de mi empresa, he estado en mi casa, en cuarentena, trabajando en home office. Soy un afortunado, realmente, por trabajar en una empresa que nos dió todo para estar en nuestras casas, poder cuidarnos y cuidar a los nuestros, sin ninguna reducción de salarios, jornadas o beneficios. Sé que soy parte de un pequeño grupo de personas que pudo pasar esos días de forma relativamente tranquila, con más preocupación en el bienestar de mi familia y el mío. Eso me hace recordar una frase que escuché hace poco, estamos en la misma tempestad, pero no en el mismo barco. Muy pronto regresaremos a nuestras oficinas, los que todavía tenemos la situación de empleo formal. Seguramente será un nuevo normal, ya con las nuevas reglas de sana distancia, sin tanto contacto físico y menor cantidad de personas en un mismo espacio. 

Pero todo eso nos ha dejado mucha enseñanza. Mucha cosa fue aprendida en esas semanas tan diferentes, únicas, que hemos pasado…

Una de ellas es el home office… algo que yo particularmente no creia, para nada. Pude ver que sí funciona, que mi equipo estuvo más productivo que cuando estábamos todos en las oficinas, y que es posible mantener la conexión con el equipo mismo que estemos todos distantes fisicamente. Juntos identificamos las mejores formas de acompañar el trabajo de cada miembro del equipo, también de obtener los estatus de las actividades en desarrollo. Pudimos ver que hoy tenemos más interacción que antes, solo que de forma virtual, pero muy efectiva. Elaborar una estrategia para mantener el Home Office una vez finalizada la cuarentena ya es necesario. Tenemos un nuevo normal formándose y hay que estar en la vanguardia de él, no esperando para descubrir después cómo la gente va a trabajar en ese nuevo normal. Piénsalo hoy, arma tu estrategia de trabajo desde casa ya!

También he aprovechado mucho esos días para adquirir conocimiento. Hay (todavía) una cantidad enorme de nuevos contenidos online disponibles, las lives de mucha gente buena que comparte su conocimiento de forma gratuita. Capacitarse siempre es necesario y en esos días hubo un crecimiento importante en la cantidad y en la calidad de las capacitaciones gratuitas disponibles. Seguramente eso se quedará para el futuro! Arma ya un plan de capacitación y formación para seguir esa evolución de tu conocimiento y, porque no, de tu carrera.

El nuevo normal ya se acerca… enfócate también en identificar si toda tu plataforma tecnológica está adherente a esa nueva forma de llevar la vida (tanto personal, como laboral). Tu empresa tiene que estar 100% conectada (procesos, ventas, comunicación con los clientes y colaboradores). Ahora es punto com o punto fuera! Acércate a tu aliado de tecnología y empieza a armar un plan para crecer esa presencia digital, desde ahora…

Muchas cosas van a ser diferentes, pero espero (y creo mucho) que todas las cosas buenas que aprendimos en esos días se queden por siempre… hablar con la familia distante por internet, hacer una video llamada con tus queridos, interactuar más con los que están distantes… eso no tiene que acabar con el regreso de las actividades! Es complementario, integra y mantiene a nosotros más unidos…

Aprendamos, ahora, a vivir ese nuevo normal!