En 2012 escribí un artículo sobre cómo internet estaba transformando nuestras vidas. Releerlo hoy me hace ver cuánto ha cambiado el mundo… y cuánto sigue siendo cierto.

Lo que en ese entonces era novedad —comprar música digital, leer ebooks, trabajar remotamente o usar redes sociales— hoy es parte esencial de nuestro día a día. La pandemia aceleró ese proceso. El modelo de trabajo híbrido o 100% remoto dejó de ser excepción para volverse práctica común. Aprendimos a trabajar más conectados, aunque físicamente distantes, y a entregar resultados de forma remota con eficacia y colaboración.
Hoy, más del 75% de los hogares mexicanos tienen acceso a internet. Pasamos más de 7 horas conectados al día, en su mayoría a través del celular. Usamos la red para informarnos, entretenernos, comprar, aprender, trabajar y mantenernos cerca de quienes están lejos.
Las redes sociales han evolucionado —y se han multiplicado— y el trabajo ya no depende de una oficina. Herramientas como Zoom, Teams, Slack o Google Workspace son parte de la rutina. Y la inteligencia artificial ya es una aliada cotidiana en múltiples tareas.
Han pasado 13 años desde aquel artículo… pero una cosa no ha cambiado: internet sigue siendo una fuerza transformadora, que cambia la manera en que vivimos, trabajamos y nos conectamos con el mundo.